Ya estoy de vuelta.
La exposición que os comentaba consistía en una sala grande, dividida con diversos paneles sobre los que se habían colgado cronológicamente portadas de revistas que pertenecían a la colección privada de Antonio Martín. A la derecha de cada portada, una pequeña bandera mostraba si la revista pertenecía al bando republicano o al nacional, además de mostrar algún comentario sobre el desarrollo de la guerra en ese momento o de la publicación o autor en concreto que se estaba mirando.
Supongo que los más coleccionistas de vosotros habríais hecho delicias allí, pues había portadas de muchos números de esas colecciones de las que siempre he oído hablar y nunca ví: DDT, Tiovivo, Pulgarcito, TBO, etc. Llama la atención que casi todas las editoriales tenían sede en Barcelona, y por tanto, pillaron en territorio republicano. Como ya comenté me llamó la atención la calidad de los tebeos de antes de la Guerra: la impresión era bastante buena (aunque me supongo que la portada sería la única página en color), los estilos de dibujo eran muy variados, con aportaciones de autores extranjeros, etc., que es algo que se tardó en conseguir en España y que no llegaría hasta finales de los 70, pues se podría decir que hasta entonces la creatividad de los cómics en España estuvo dominada por Bruguera y su famosa escuela.
Según se va desarrollando la Guerra se ve que el papel escasea y la calidad tanto de papel como de impresión va empeorando poco a poco. Se nota mucho que los primeros dibujantes franquistas son completos principiantes, y que la calidad de éstos en el territorio nacional es muy baja, artísticamente hablando. Se empiezan a ver por ahí los Flechas y Pelayos y otras publicaciones de corte determinado, falangistas, carlistas, etc. Es curioso ver cómo en algunos de estos cómics los protagonistas de éstos llevan boinas como los requetés, y cómo van resolviendo problemas en cualquier parte del mundo con la misma vestimenta, sin llamar la atención a nadie.
Se nota que cuando la guerra está en un punto crítico, las publicaciones ahondan más en historias de inspiración bélica, en la que los protagonistas son los héroes de su mando. Pasa incluso en el bando republicano, que parece que inicialmente se resiste a llevar a cabo esta práctica. Al final los nacionales ganan la Guerra Civil y las publicaciones republicanas desaparecen. Los mejores talentos del país emigran a Francia, México o Argentina, mientras que completos inexpertos son los que tendrán que seguir adelante sin apenas referencias...
Cosas curiosas: me suena haber visto por ahí una adaptación de Flash Gordonen versión autóctona, sorprendía ver el resultado de ese tipo de pastiches, que no eran del todo desechables.
Y luego estaba la parte de la postguerra, pero esa fue la que vi muy rápido pues cerraban ya el museo... Sé que a quienes supieran algo del tema no les he dado ningún dato novedoso en absoluto, disculpadme pero no controlo mucho del tema de las revistas de época...