Pues, sí, leía el comentario de
Kaximpo y notaba que estaba peligrosamente de acuerdo con él, así que luego he leído mi propio mensaje maginotécnico (no lo recordaba) y me ha gustado mucho, sobretodo lo de la letra "p" con tilde y lo de la foto con los tres tebeos que me leí por entonces (estoy por darme ánimos en un comentario arf
arf ).
Lo común, si pensamos que es "malo" o "simple" es compararlo con Tintín en el Congo (sucesión de gags en una media aventura) o con con El País de los Soviets... En este segundo caso, aunque ideológicamente coincida la URSS de Stalin con la Korea del Norte de la familia Kim (no la del Un, Dos, Tres, ni la del dibujante de historietas), separo lo que es el título de Hergé, repudiado por éste, según se nos ha dicho, incluso por sus propias palabras, porque era una obra muy flojindonga (una sucesión de momentos de tensión pero realmente sin argumento).
Hergé no repudia esa aventura por la ideología anticomunista, sino por su falta de calidad, porque es una obra demasiado inicial (aunque tiene momentos muy buenos, y dibujos, como los del tren, muy atractivos).
Pero PyongPyang sería una obra correcta, bien realizada, de alguien que va a un sitio, es testigo, y nos muestra ese testimonio, de quien no se duda de su documentación, etc. Sería, pues, una obra documentada, por eso yo la comparo con El Loto Azul.
En Los Soviets, Tintín va a ver lo mal que se vive en la URSS (olvidando, claro, lo mal que se vive en los barrios y pueblos alrededor de Bruselas). La idea ya inicial, no engaña: va a ver lo malos que son los gobernantes de aquel país.
Guy Delisle, por su parte, aunque nos espeta enseguida sus prejuicios (en forma del libro de bolsillo de 1984), va a Korea del Norte a trabajar, pero no a ver lo malos o lo buenos que son. Su novela gráfica sería el cuarderno de sus impresiones y anécdotas. Y luego coincide con los Soviets en lo que sucede ("lo mal que se vive en" la URSS/Korea del Norte).
Habida cuenta de que uno copiaría lo mejor, no copiaría ni Los Soviets (bueno, no sé) ni El Congo, sino que se basaría en El Loto Azul. A mí me ha servido esa comparación porque, pese a que me dejo los dientes cuando intento roer el dibujo de El Loto Azul, siempre me ha parecido excelente: es un relato de testimoniaje, de alguien, Tintín, que como Guy Delisle, se encuentra en un país del que no conoce nada.
Seguramente también podríamos hacer la comparación con alguna aventura turística de Superlópez, y ver qué sale. En el caso de Superlópez, las aventuras turísticas suelen ser condescendientes y quedan bien con los países (Bulgaria, Andorra, etc.) La parafernalia de culto al líder se entiende mejor, evidentemente, si antes la hemos visto en varias aventuras de las no-tan-turísticas de Superlópez. Porque éste nos ha presentado casos ficticios y el segundo nos enseña el caso real (Korea del Norte).
... Y no puedo más que maginotear... diría que en España se ha perdido la costumbre de hacer ofrendas a líderes o a estatuas grandes, opino que por suerte (aunque todo puede volver, porque las modas son así). Pero también existen ofrendas y arrodillamientos varios en países democráticos (y tengo que volver a poner el caso de Washington que es como un parque temático de culto a los líderes, o el caso de la palabrerías de todas las ideologías en varios países latinoamericanos, citando a este y al otro).